Cuadro de Ignacio Zuloaga |
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A gran salto, gran quebranto.
(Recuerda que quien obtiene un puesto, importante o elevado, rápidamente lo puede también perder de la misma manera.)
A más moros más ganancias.
(Se dice para afirmar que cuanto mayor sea el riesgo es mayor la gloria del triunfo. Hace referencia a las guerras de la Reconquista en la Edad Media.)
A santo nuevo mucho rezo.
(Se refiere a que las personalidades nuevas en la sociedad atraen más gente que las conocidas.)
Aguar alguien (o aguarse) la fiesta.
(Turbar alguien (o turbarse) cualquier regocijo.)
Alzar (o levantar) uno la cresta.
(Mostrar alguien excesivo orgullo o soberbia.)
Andar (o estar) oliendo donde guisan.
(Ir buscando donde se encuentran ventajas y provechos.)
Apretar a uno los tornillos.
(Apremiarle a que cumpla con su deber, u obligarle a cambiar de conducta.)
Arrimarse alguien (siempre) al sol que más calienta.
(Servir y adular al más poderoso, apoyar una causa sólo cuando se ve que puede salir beneficiado.)
Así paga el diablo a quien bien le sirve.
(Se dice con ironía por una ingratitud.)
Buscar alguien (o buscarse ) la gandinga.
(Ganarse la vida. Gandinga se dice en Sevilla a los despojos de las reses, en Cuba y Puerto Rico a chanfaina o guiso con salsa espesa.)
Calzar alguien muchos (o pocos) puntos.
[Ser persona muy (o muy poco) aventajada en alguna materia. En general también ser muy diestro o inteligente.]
Cantar la chicharra.
(Hacer mucho calor. Es entonces cuando más canta este insecto.)
Clavar la rueda (de la fortuna).
(Asegurar la fortuna de uno.)
Colarse uno por el ojo de una aguja.
(Ser muy hábil, sabe encontrar una salida de un negocio difícil.)
Como moros sin señor.
(Se dice de un grupo en el que reina gran confusión y desorden. Una de las muchas referencias populares a la historia medieval española.)
Comprar (o pagar) algo un real sobre otro.
(Pagar al contado y con pago completo. Real es una moneda con valor de 25 céntimos de peseta.)
Costar la torta un pan.
(Se dice cuando una cosa cuesta más de lo que vale, o para ponderar la dificultad en obtenerla.)
Curarse algo con una telaraña.
(Curarse algo fácilmente, no ser un daño de gran importancia. Antiguamente se usaban las telarañas como desinfectante.)
Darle a uno el diablo ruido.
(Hacer un disparate.)
Dar en la cresta a uno.
(Chafar a alguien, mortificarle o humillarle.)
Darse uno a perros.
(Irritarse mucho.)
Darse uno (mucho) tono.
(Darse alguien mucha importancia.)
Decir (o explicar) algo punto por punto.
(Exponer algo con gran detalle y sin omitir detalle alguno.)
Decir a uno las verdades del barquero.
(Decir algo a uno sin rebozo y sin miramiento a que le duela.)
Decir (usar) palabras de color.
(Usar palabras o expresiones obscenas con significado crudamente sexual.)
Decir (o soltar, lanzar) un rollo.
(Dar una explicación, o perorata larga y sin interés.)
Destetarse alguien con una cosa.
(Serle cosa muy conocida o vieja, saberla ya desde mucho tiempo y bien, como desde su primera infancia. Destetar es hacer que el niño deje de mamar.)
Echar a alguien el gancho.
(Prender o atrapar a alguien, o atraerle con maña.)
Echar (o derramar) lágrimas de cocodrilo.
(Las que se demuestran abiertamente por una desgracia, aparentando un gran dolor que no se siente.)
Echar la mención a algo (o a alguien).
(Renunciar a toda relación y compromiso en un asunto o con una persona.)
Echar la soga tras el caldero.
(Arriesgar y posiblemente perder lo accesorio tras haber perdido lo esencial en una empresa o negocio.)
Echar rayos alguien.
(Manifestar gran ira con acciones o palabras. En iconografía Júpiter arrojando rayos.)
Encontrarse con la horma de su zapato.
(Encontrarse con alguien que entiende sus mañas o que sabe y consigue oponerse a sus intentos.)
Entrar alguien como Pedro por su casa.
(Obrar, o comportarse con excesiva familiaridad como si todo le perteneciese.)
Entre pitos y flautas.
(Entre unas y otras cosas, importantes y sin importancia, unas haciendo al caso otras no.)
Escaparse o salvarse en una tabla.
(Salir de un riesgo como por milagro. Con referencia a los naufragos que se salvan cogidos a un resto flotante del barco.)
Estar alguien bien (o mal) templado.
[Estar de buen (o mal) humor.]
Estar alguien (o algo) para el arrastre.
(Estar en muy mala condición. Se refiere a la manera como se saca del ruedo un toro tras haber sido matado por el torero.)
Estar casado con un asunto (o programa, idea o partido).
(Estar dedicado totalmente o definitivamente a él. Hace referencia al matrimonio cuando era estado permanente y duradero.)
Estar como una cuba.
(Estar borracho.)
Estar o verse como tres en un zapato.
(Se dice de quienes tienen que acomodarse en un espacio reducido o que se ven reducido gran a penuria y estrechez.)
Estar (poner, quedar) en berlina.
[Estar (poner o quedar) en ridículo.]
Estar hecho (o ser) alguien (o algo) una carraca.
(Estar o ser viejo y caduco. Carraca era una antigua nave de transporte.)
Estar (o traer) picado el molino (o el molinillo).
(Ser la ocasión apropiada y oportuna para hacer algo, o iniciar un negocio.)
Estar (o quedarse) sin un cuarto.
(Estar falto de dinero, o en la miseria. Cuarto(s) en sentido figurado y familiarmente significa dinero.)
Estar (o ir) sobre los estribos.
(Estar con advertencia y precavido en alguna situación o empresa.)
Estar uno de vuelta en un asunto o negocio.
(Estar enterado y al tanto de algo de que se le cree ignorante.)
Estar uno embargado para palacio.
[Excusarse de hacer algo por suponer una obligación de gran importancia (como si estuviera obligado a ir a la Corte).]
Estar (o quedarse) uno en cuadro.
(Haber perdido uno su familia o todos sus bienes.)
Estar uno en el limbo.
(Estar distraído y como alejado. Limbo es el lugar donde las almas de los antiguos patriarcas esperaron la redención.)
Estar uno tocado (de la cabeza).
(Estar (o ser) un poco loco o abobado. También comportarse de manera excesivamente vivo y como irresponsable.)
Faltarle a uno un tornillo.
(Ser poco equilibrado; un poco loco.)
Gastar alguien mucho oropel.
(Ostentar gran vanidad y fausto, sin tener medio para ello. Oropel es una lámina de latón que imita el oro.)
Haber (o quedar) tela cortada (en algún asunto).
(Haber una dilación en un negocio, o todavía quedar algo por hacer.)
Haber (o armarse) una de todos los diablos.
(Darse un gran alboroto o pendencia.)
Hacer algo a humo de pajas.
(Acometer algo a la ligera y sin reflexión. Tiene generalmente un sentido peyorativo.)
Hacer algo en andas y volandas.
(Como quien va volando, rápidamente, en un instante.)
Hacer (o echar) borrón y cuenta nueva.
(Olvidar el pasado y comenzar de nuevo, generalmente tras una discusión o desavenencia. Borrón es la mancha de deja en el papel una gota de tinta y hace referencia a los antiguo escribanos que tenían que comenzar a escribir de nuevo.)
Hacer de una pulga un camello.
(Exagerar las faltas de alguien, o las dificultades que se encuentra.)
Hacer entrar a uno por vereda.
(Obligarle a comportarse, o al cumplimiento de sus deberes. Vereda es un camino angosto.)
Hacer humo a alguien.
(Hacerle mala cara para que se vaya.)
Hacer (o echar) la cuenta sin la huéspeda.
(Critica hacer planes para un negocio sin contar con los elementos esenciales. La huéspeda al ser quien presenta la cuenta es siempre esencial.)
Hacer la rosca a uno.
(Alabarle o halagarle hasta conseguir algo de él.)
Hacer uno de tripas corazón.
(Esforzarse para disimular el miedo, sobreponerse a los peligros.)
Hacer uno la pelotilla a alguien.
(Adular a alguien con motivos interesados. Pelotilla es la bola con puntas que usaban los disciplinantes.)
Hacerse uno cruces.
(Demostrar admiración o extrañeza de algo.)
Ir alguien al rabo de otro.
(Se dice criticando al que acompaña continuamente a otro por adulación o servilismo.)
Ir a santiguarse y sacarse un ojo.
(Una persona extremadamente tosca que falta al tino hasta el punto de herirse el ojo en vez de encontrar su frente. En un país de tradición cristiana santiguarse debiera ser una acción corriente y normal.)
Irse alguien (u ocurrir algo) donde el diablo perdió el poncho.
(En lugar distante o extraviado. Es más común en Chile y Argentina, pero usado también en España.)
Jugar (u obrar) uno a cartas vistas.
(Obrar con conocimiento de causa, conociendo datos que otros ignoran.)
Lo muy usado, natura es tornado.
(Uno de los refranes que ponderan que el hábito de una cosa, se convierte en segunda naturaleza.)
Llevar alguien el gato al agua.
(Superar alguien dificultades o riesgos en una empresa.)
Llevar alguien la cesta.
(Alcahuetear. Se dice generalmente, aunque no exclusivamente, de mujeres. Hace referencia a la excusa que antiguamente usaban las mujeres de hacer o llevar recados.)
Llevarse el diablo una cosa (o asunto).
(Fracasar algo o suceder al contrario de lo que se esperaba.)
Marchar algo a viento en popa.
(Progresar bien un negocio, avanzar rápidamente en una empresa.)
Más alcanza quien menos cansa.
(Advierte que para conseguir algo, es mejor no importunar.)
Mejorando lo presente.
(Frase que se dice por cortesía cuando se alaba a una persona ausente en la presencia de otra.)
Meter (o poner) a uno en pretina.
(Sujetar a alguien hacerle entrar en razón. Pretina es una correa o cinta con hebilla o broche que se usa para sujetar en la cintura alguna prenda de vestir.)
Meter la cuchara (o la cucharada) en un asunto.
(Meterse alguien en una discusión que no le atañe; hablar sin venir al caso o fuera de orden.)
Meterse alguien en danza de espadas.
(Enredarse en líos o asuntos peligrosos. Danza de espadas es peligrosa y requiere gran agilidad y destreza.)
Meterse (o estar metido) en un fandango.
(Encontrarse alguien en un aprieto o dificultad.)
Mirar las telarañas.
(Estar distraído y como en vaío.)
Mostrar alguien las herraduras.
(Huir alguien. Con referencia al que huye a caballo, pues éste las muestra al galopar.)
Moverse alguien a todos los vientos.
(Ser como una veleta, demostrar gran inconstancia en acciones o juicios.) Tener alguien mala leche. (Tener mala intención en un asunto o acción, ser un malvado.)
Ni bien que siempre dure, ni mal que (siempre) apure.
(Uno de los muchos que ponderan que ambas situaciones, de fortuna y desgracia, son transitorias.)
Ni pincha ni corta.
(Tener poco valimiento o influencia en un asunto.)
No ser (alguien) ni pez ni carne.
(Ser alguien indeciso y débil de carácter.)
No pararse en pelillos.
(No prestar atención a cosas pequeñas.)
No pintar alguien nada en un asunto (en un grupo).
(No tener ninguna importancia o responsabilidad.)
No saber uno de la misa la media.
(Ignorar alguien una cosa o no poder dar razón de ella.)
No ser algo (o alguien) trigo limpio.
(No ser intachable un asunto o la conducta de una persona.)
No ser algo ni chicha ni limonada.
(Ser baladí, no servir para nada, o no tener personalidad ni carácter.)
No tener algo vuelta de hoja.
(Ser cierto e incontestable.)
No tener alguien sobre qué caerse muerto.
(Estar en suma pobreza.)
No tocar alguien pito (en un asunto).
(No tener parte en un asunto o discusión. Pito es un silbato.)
Palabras verdes.
(Palabras obscenas de o de significado crudamente sexual.)
Pasar alguien por las horcas caudinas.
[Sufrir el sonrojo de tener que hacer algo a lo que se oponía. Con referencia a los castigos humillantes impuestos a la legión romana derrotada por los habitantes de la ciudad de Caudia ( 321 a.C.).]
Pegar(se)la de puño a uno.
(Engañarle enteramente en algo importante o substancial.)
Pegársele a uno las sábanas.
(Se aplica al que se levanta más tarde de lo que acostumbra o debe, o ser inclinado a dormir mucho.)
Perder alguien el hilo.
(Olvidarse alguien, en su discurso o conversación, del punto de que estaba tratando.)
Perder alguien los estribos.
(Perder el control de sí mismo, estar exageradamente airado.)
Picar(se) de alguien.
(Sentirse ofendido y enojado por alguna palabra o desprecio.)
Pisarle a uno los talones.
(Seguirle de cerca, emular sus acciones.)
Poner a alguien en solfa.
(Presentarlo bajo un aspecto ridículo.)
Poner a alguien la paletilla en su lugar.
(Reprenderle agria y duramente.)
Poner a uno como chupa de dómine.
(Denigrar a alguien. "Dómine" es el nombre antiguo que se daba a un preceptor o maestro de gramática latina y "chupa" era una parte del vestido.)
Poner a uno de vuelta y media.
(Tratar mal de palabra a alguien, llenarlo de improperios)
Poner chinas a uno en un negocio o asunto.
(Crear dificultades a alguien en un negocio o asunto.)
Poner el palo en candela.
(Promover una especie o murmuración de la que puede resultar en una pendencia.)
Poner los puntos sobre las íes.
(Acabar una cosa con minuciosidad. También, hablar claro y con determinación.)
Poner verde a una persona.
(Llenarla de improperios, censurarla agria y duramente.)
Principio quieren las cosas.
(Exhorta a comenzar una cosa o asunto, aunque se tema no lograr su fin con éxito.)
Quedar (o poner a) alguien en evidencia.
(Quedar o poner a alguien en ridícuo, o en una situación desairada.)
Quedarse (o estar) alguien en cuadro.
(Estar o quedarse sin familia, o haber perdido todos sus bienes.)
Quedarse uno compuesto y sin novia.
(Se refiere directamente al novio abandonado, pero se aplica también a la falta de llegar a un acuerdo en un asunto casi finalizado.)
Quedarse uno hecho un mono.
(Quedarse corrido o averergonzado.)
Querer alguien contar las estrellas.
(Ser excesivamente optimista, o ingenuo, al evaluar un negocio o asunto.)
Que uno fume y otro escupa no es cosa justa.
(Se usa como queja de que uno tenga que sufrir las consecuencias de las acciones de otros.)
Recoger alguien velas.
(Contenerse en una discusión, desistir de un negocio. Vela es el lienzo fuerte usado para recoger el viento e impelir la nave.)
Saber más que un moro (o mono) sabio.
(Mono se usa por la proximidad fonética e ignorancia de la referencia. Moro sabio hace referencia al pasado histórico, también de España, cuando la cultura árabe se distinguía por su número de científicos y filósofos.)
Saber uno algo de buena tinta.
(Estar informado de algo por fuente digna de crédito.)
Saber uno donde le aprieta el zapato.
(Saber bien lo que le conviene.)
Sacar alguien punta a una cosa.
(Atribuirle un significado, generalmente malicioso, que no tiene. También usarla para un fin distinto del que corresponde.)
Sacudirse uno las pulgas.
(Rechazar las ofensas o vejámenes, con frecuencia con sentido de desprecio.)
Salir uno (o llegar) a la orilla.
(Salir con éxito en un negocio, tras haber sufrido dificultades y riesgos.)
Ser algo (como) el huevo de Colón.
(Ser cosa al parecer muy difícil, pero que tiene solución muy fácil si se sabe como hacerla. Hace referencia a la leyenda de Colon que cascó un huevo para que se mantuviera sobre un extremo sin caer.)
Ser algo como un pañuelo.
(Ser algo de dimensiones muy reducidas, muy pequeño. Se usa en sentido metafórico: El mundo es un pañuelo.)
Ser algo tortas y pan pintado.
(No ofrecer ninguna dificultad, o costar menos trabajo de lo que se creía.)
Ser alguien capaz de contar los pelos al diablo.
(Ser extremadamente astuto, hábil o diestro. No siempre dicho en sentido peyorativo.)
Ser alguien largo de uñas (o tener uñas largas).
(Ser inclinado al robo, ser ladrón o ratero.)
Ser alguien tonto de capirote.
(Ser muy escaso de entendimiento, mentecato. Capirote es el cucurucho de cartón que se ponían los disciplinantes. En las escuelas servía antiguamente de castigo por mal comportamiento o de aplicación.)
Ser alguien una espita.
(Persona que bebe mucho vino. Espita es el canuto que se mete en el aguajero de una cuba para que por él salga el vino.)
Ser alguien un alcornoque.
(Ser una persona ignorante, obtusa y zafia. Hace referencia a lo duro que es la madera de este árbol.)
Ser alguien un carroza (o una carroza si se refiere a una mujer).
(Ser demasiado conservador y anticuado en sus opiniones o acciones. Carroza es un coche grande tirado por caballos usado ya desde hace siglos para funciones solemnes.)
Ser alguien un ganso.
(Ser una persona poco seria y excesivamente inclinada a bromas y chistes.)
Ser alguien un mariposón.
(Ser un hombre muy galanteador con las mujeres.)
Ser alguien un pelmazo.
(Ser pesado en sus acciones o conversación. Pelmazo es cualquier cosa aplastada más de lo conveniente y por lo tanto pesada más de lo normal.)
Ser alguien un pobre diablo.
(Ser un bonachón, algo tonto y de poca valía, también un ser desgraciado y desafortunado.)
Ser (o estar) alguien verde (en un asunto).
(Ser inexperto, o ignorante en cosas de la vida . Se usa en sentido general o aplicado concretamente a un asunto o negocio.)
Ser como un oro, patitas y todo.
(Se usa para burlarse de uno, o indicar que es conocido como astuto y pícaro o deshonesto.)
Ser harina del otro costal.
(Ser otra cosa diferente, o que no hace al caso. Costal es un saco grande de tela ordinaria.)
Ser más pobre que ratón de sacristía.
(Ser muy pobre y destituto. Sacristía es el lugar en una iglesia donde se guardan los ornamentos pertenecientes al culto.)
Ser todo un zorro (o una zorra).
(Ser demasiado vivo, incluso un truhán. En femenino, en referencia a una mujer, tiene generalmente el sentido de ligereza moral, incluso de inmoralidad.)
Ser una ortiga.
(Ser aspero y desapacible en su manera de hablar o comportarse. Ortiga es un planta muy común en España, cuyas hojas cubiertas de pelos destilan un líquido urente.)
Ser un disparate (verdad o mentira) de (a) folio.
(Ser muy grande. Folio es una pagina del libro, generalmente entendido como grande, como en los atlas geográficos.)
Ser un fierabrás.
(Ser una persona mala y perversa. Se dice sobre todo de niños traviesos. Con alusión al gigante de este nombre en antiguos Libros de Caballerías.)
Ser un viejo verde.
(Se dice de una persona mayor que demuestra una proclividad a la sexualidad inapropiada o excesiva para su edad.)
Ser uña y carne.
(Ser muy amigos, muy estrechamente unidos.)
Si el zapato viene al pie, quien lo calza lo ve.
(Expresa la idea de que las dificultades o problemas personales, sólo quien los sufre los percibe.)
Soltar alguien (o usar demasiado) la sin hueso.
(Hablar alguien en exceso. También echar improperios, decir insultos a alguien. Se refiere a la lengua, que no tiene ningún hueso.)
Soltar prenda alguien.
(Decir algo que le deja comprometido a una cosa o acción.)
Sonar algo o algunas personas como los órganos de Móstoles.
(Personas dichos, acciones que debieran convenir en relación de armonía, pero son disonantes e incongruentes entre sí. Móstoles es una población pequeña al suroeste de Madrid.)
Tener algo (tres o muchos) bemoles.
(Pondera lo que se tiene por muy grave y dificultoso. Bemol es en música la nota alterada en un semitono por bajo de su sonido natural.)
Tener alguien cataratas.
(Estar alguien ofuscado en un asunto por pasión o ignorancia. Catarata es la opacidad del cristalino del ojo.)
Tener a alguien entre cejas (o ceja y ceja).
(Mirarle con prevención desfavorable.)
Tener alguien malas pulgas.
(Ser malsufrido y enojarse con facilidad.)
Tener alguien malas tripas.
(Tener alguien mal genio o estar de mal humor, también ser cruel y sanguinario.)
Tener alguien flojos los tornillos (o las tuercas).
(Tener poco seso o reflexión, ser un poco atontado o irresponsable.)
Tener golondrinas (o pájaros) en el campanario.
(Estar constantemente distraído, o ser frívolo e inconstante.)
Tener telarañas en los ojos.
(Estar ciego a las cosas alrededor.)
Tener una cosa (o trabajo) a menos.
(Desdeñarse de hacer algo por considerarlo humillante o sin importancia.)
Tener uno buena sombra.
(Ser agradable y simpático, tener chiste y salero.)
Tener uno mala sombra.
(Ejercer mala influencia en los que le tratan. En otro sentido, sighnifica también que algo, como un chiste o broma, tiene poca gracia.)
Tener uno en la uña alguna cosa.
(Saberla muy bien y acordarse muy bien de ella.)
Tirar el diablo de la manta ( y descubrirse el pastel).
(Cuando algo que se quiere mantener oculto es descubierto.)
Tocarle a uno la china.
(Tocarle la suerte en la lotería o en un sorteo.)
Tocar uno una tecla.
(Mover con intento y cuidado en un asunto.)
Tomar (o aceptar) algo a beneficio de inventario.
(Aceptarlo con reserva y con su cuenta y razón.)
Tratar a (la) baqueta a alguien.
(Tratarlo con desprecio o excesiva severidad. Baqueta es la varilla que usan los picadores para manejar los caballos.)
Traer a alguno como (o hecho) un dominguillo.
(Mandarle hacer muchas cosas con urgencia y en partes diferentes. Dominguillo es un muñeco con un contrapeso redondo en la base que le permite oscilar en todas direcciones.)
Usar (o aplicar) la ley del embudo.
(Ser alguien más estricto con los demás que consigo mismo. En referencia a que el embudo tiene un extremo estrecho y el otro amplio.)
Vender alguien humos.
(Pretender tener influencia para sacar beneficio de los pretendientes.)
Venir (u ocurrir) algo como pedrada en ojo de boticario.
(Ocurrir muy apropiadamente y a tiempo. En tono irónico, por que si se hiere el boticario, tiene medicinas para curarse.)
Ver (o mirar) la paga al ojo (o en ojo ajeno).
(Indica la seguridad y rapidez con que se realiza un trabajo, cuando se ve la pronto recompensa. Con referencia a la expresión del Evangelio.)
Ver una cosa por tela de cedazo.
(Ver un asunto de manera confusa y sin detalle. Cedazo es un aro y una tela que se usa para separar las partes sutiles de las gruesas, como por ejemplo harina.)
Volver uno (o rechazar) la pelota.
(Contradecir uno a su adversario con sus mismos argumentos.)
No estar el horno para bollos (o tortas).
(No haber oportunidad o conveniencia para hacer una cosa. No estar de humor para ello.)
Tocar alguien a uno en la punta de un cabello.
(Ofenderle en cosa muy leve y sin importancia.)
Descolgarse alguien (con una cosa).
(Presentarse de manera inesperada, o decir una cosa inesperada.)
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