Situación política de Europa
La situación política de Europa gira en este tiempo en torno al confrontamiento entre Alemania y el Imperio Austro-húngaro que lleva a la Guerra Mundial. Esta permite que el conflicto de clases predicado por el socialismo desde el siglo anterior estalle con la revolución comunista en Rusia. Las consecuencias desastrosas de las duras condiciones impuestas en el tratado de Versalles lleva a las naciones vencidas a buscar solución en gobiernos autoritarios que llevarán al Fascismo en Italia y el régimen nazi en Alemania. Todo ello fue causa de la Segunda Guerra Mundial.
Pensamiento europeo
El pensamiento filosófico europeo, aunque ofrece una gran actividad, toma formas desconcertantes que abandonan las líneas racionales, predominantes desde el siglo XVIII, para dar mayor peso en el conocimiento humano al subconsciente y a la intuición, bases del existencialismo y la fenomenología.
En las artes la descomposición de la unidad de gusto se manifiesta en una serie de direcciones, estéticas las unas, otras intelectuales, y aun otras políticas. Ello da lugar a una serie de tendencias y escuelas que se agrupan bajo el nombre de "ismos", de las que el surrealismo y cubismo son las más conocidas.
Situación española
A pesar de no haber tomado parte en la Guerra Mundial, España confrontó los mismos problemas que plagaron el resto de Europa.
La vida política en España: Alfonso XIII (1902-1931)
Los intentos de estabilización del sistema político, a pesar de la persona del Rey y de algunos políticos de gran valor, no se realizaron dando lugar a disturbios públicos. Medidas políticas de emergencia causadas por la guerra en la zona española de Marruecos llevaron a las convulsiones de la Semana Trágica de Barcelona (1907), donde los partidos políticos de izquierdas manifiestaron su fuerza y el apoyo que encontraba en ciertos segmentos de la población. La debilitación del sistema monárquico dio lugar a un intento de sistema autoritario que recibió el nombre de Dictadura. El proletariado reaccionó contra la sociedad buscando ayuda en la unión ideológica con el partido comunista ruso.
La Dictadura
La aceptación por parte del Rey del golpe de Estado de Primo de Rivera impuso unos años de Gobierno de emergencia, Dictadura, que proporcionó a la Nación una estabilidad desconocida desde hacía muchos años. Las medidas de sus ministros fueron a la vez causa de un período de gran desarrollo económico e industrial. Las medidas decisivas tomadas en Africa llevaron a la pacificación de la zona española de Marruecos.
En el orden interior un intento de "normalización" falló y aunque el gobierno estaba formado por políticos y no militares, no supo encontrar el camino hacia la reinstauración de un gobierno de monarquía constitucional. Los efectos de la Gran Depresión (1929) repercutieron en España restando al Gobierno de la Dictadura el prestigio que el éxito en la economía le había ganado. La terminación del régimen de Primo de Rivera ordenado por el Rey, en vez de reforzar el régimen aceleraron su fin.
Proclamación de la Segunda República
La vida política tomó un rumbo nuevo con el fin de la monarquía tradicional y su ensayo de régimen republicano. La unión de elementos liberales de las clases medias con los más radicales de izquierdas, incluso revolucionarios, hizo posible el cambio. El Rey ante la disyuntiva que podía llevar a una guerra civil, dejo el trono y marchó en exilio.
La vida intelectual: Crisis de fin de siglo
La vida intelectual de España ofrece un panorama de interés sobre todo en torno a la llamada "Generación del 98" que con sus escritos expresa una crisis intelectual en la percepción de la historia y el destino de España como nación. Su importancia radica, además de su propio valor, en haber sido maestros de los mejores intelectuales españoles de medio siglo.
La literatura
Además de los nombres asociados a la Generación del 98 es de notar otras corrientes literarias de importancia que llevan desde las tendencias ideológicas más tradicionales a la visión pesimista de la Generación del 98, y otras de un desarreglo narrativo vanguardista. También el teatro demuestra figuras de gran prestigio, pero de poca unidad de estilo o de ideología. Unas obras son satíricas y docentes, otras modernistas en estilo y tradicionales de ideología. Son importantes obras dedicadas a un humorismo costumbrista que todavía tienen hoy gran aceptación. De gran estatura es la figura de García Lorca con su triglogía de dramas merecidamente recordada hasta el presente. La poesía, dejando los estereotipos banales del modernismo, toma auténtico auge con una poesía "desnuda" de elementos superfluos.
El arte
El arte sigue en general dominado por la cultura francesa, aunque se comienza a percibir también la influencia de los Estados Unidos. Con la incorporación del arte "deco" la arquitectura española recibe un aire moderno universalizante, aunque para la gran Exposición Ibero-Americana de 1929 se prefiere el retorno a estilos tradicionales.
La escultura, aunque dominada por el realismo, continuación del siglo XIX, comienza a demostrar nuevas corrientes de vanguardia, de nuevos artistas o artistas tradicionales que van remodulando sus estilos. En pintura la influencia de Francia se mantiene imponiendo sus estilos preferidos. De los artistas más notables muchos tras su estancia en Francia regresan a España donde, en su mezcla con temas y colorido tradicional, forman lo que se ha llamado genéricamente "escuela doméstica" en la que se reunen, aunque modificadas, las varias direcciones de la pintura moderna. El grupo más fiel a las formas francesas, la "Escuela de París", ofrece nombres que figuran entre los más notables del mundo. Importantes son Miro y Dalí, pero es Picasso el nombre más reconocido en el mundo. Aunque por su longevidad figuran hasta muy avanzado el siglo XX, es en las primeras décadas del siglo cuando asientan su fama e influencia.
La música
A nivel más popular se incorporan las formas norteamericanas del charleston y jazz-band, pero se mantiene el predominio de las formas tradicionales y regionales, entre estas la Zarzuela, y el género más bajo de la Revista. Los compositores de música de concierto siguen las mismas pautas que otras formas artísticas. Aunque en sus tonalidades adoptan las formas reconocidas en Europa y así unos continúan en la línea romántica y posrromántica, otros van adoptando las tonalidades más contemporáneas. Todos las aplican con frecuencia a temas regionales españoles. Todavía muy apreciados son Turina y sobre todo Manuel de Falla, éste con su idealización de una Andalucía misteriosa.