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Resumen: Capítulo 9 - El siglo XVIII

Corona visigodo El siglo de Francia
 El siglo es conocido como siglo de Francia por el esplendor y poder político alcanzado por la  monarquía francesa que se convirtió de hecho en un modelo seguido por muchos monarcas de  Europa. Este siglo tiene una especial importancia para España por el cambio dinástico, que la llevó  a entrar de una manera muy especial en la órbita política y cultural de Francia.

 España bajo los primeros Borbones (1701-1808)
 Al morir Carlos II, el último rey Habsburgo, sin dejar descendencia, la corona recayó, tras intensas  negociaciones, sobre el nieto de Luis XIV que por haber nacido de su matrimonio con la hija de  Felipe IV tenía derechos a la corona española.

 La elección de Felipe V (1700-1746) no fue bien recibida por los Habsburgos que insistían en sus  derechos familiares a la sucesión, ni por Inglaterra que temía una unión política entre España y Francia. Por ello su elección fue causa de una serie de guerras, conocidas por el nombre general de Guerra de Sucesión, que extendiéndose en todos los frentes europeos duraron más de diez años.

La entrada en España del pretendiente austriaco, reconocido en Barcelona como rey, convirtió en España la contienda internacional en guerra civil. Su fin, aunque victorioso para los Borbones, pues su pretendiente Felipe V fue reconocido como Rey, tuvo duras consecuencias para España, ya que perdió el territorio de Gibraltar y la isla de Menorca, teniendo que ceder además importantes privilegios y derechos en el comercio americano.

Su hijo y sucesor fue Fernando VI quien mantuvo en el trono un mayor equilibrio entre la política de intereses franceses y españoles. Aunque pacífico, amante de las artes e iniciador de importantes reformas su corto reinado no le permitió realizar grandes cambios.

Es su hermano, Carlos III, que tras ser rey de Nápoles le sucedió en el trono de España, quien dio mejor nombre a la nueva dinastía, si bien sus reformas, copia muchas veces de las francesas, y su política de gobierno absolutista no siempre encontraron aceptación en el pueblo. A pesar de ello Carlos III ha pasado a la historia con fama de gran reformador de la política y de la sociedad española.

Menos afortunado fue su hijo y sucesor, Carlos IV. Con él la historia de España se mantiene unida a la francesa en los momentos de su Revolución y a causa, en gran parte, de la política irresoluta y ambiciosa de su ministro Godoy, resulta víctima más tarde de las ambiciones de Napoleón.

La vida nacional durante el siglo XVIII

La vida nacional refleja a lo largo del siglo los efectos del cambio dinástico. Los nuevos monarcas introdujeron una serie de reformas con las que se quiso modernizar en la nación tanto su sistema político como el económico.

Reforma política

En el aspecto político se impuso una centralización administrativa según los modelos franceses. La oposición de algunas provincias, Cataluña, Valencia y Navarra, a su reconocimiento como rey dio oportunidad a Felipe V a acusarlas de traición, por lo que como castigo suprimió los fueros y privilegios locales que habían mantenido desde la Edad Media.

Reforma económica
En el campo económico se iniciaron numerosas reformas que respondían al sentido centralizador de la política. En un principio repondían ellas fundamentalmente a los modelos franceses, más adelante, ya a mediados del siglo, se buscó más la aplicación de reformas sociales y económicas basadas en principios comerciales.

Las artes industriales
Las artes industriales es un ejemplo de esta evolución económica. Siguiendo el ejemplo francés se inició muy pronto el establecimiento de nuevas fábricas, llamadas reales por estar bajo la protección y dirección del rey. En un principio, bajo Felipe V, su establecimiento se debió al interés del Rey de proveer sus palacios de productos que respondieran al gusto francés. Más tarde sin embargo, bajo Carlos III la creación y mantenimiento de estas Fabricas Reales se debió más al deseo del monarca y de sus ministros de introducir en España nuevas formas y modelos de fabricación.

La vida cultural durante el siglo XVIII
La vida cultural de la sociedad española responde en muchos aspectos a los cambios políticos del momento, creando unas divisiones en las que se percibe tanto los aspectos culturales como los prejuicios nacionales.

Afrancesamiento
El conflicto más aparente es el llamado afrancesamiento. Es decir el rápido y general acercamiento a las formas de vida, de expresión y gusto franceses del que fueron sus principales seguidores la nobleza cercana a la Corte. Ello generó una oposición en las clases populares y la nobleza provincial que rechazaron muchas reformas por la simple razón de su origen francés.

La Ilustración
Uno de los movimientos filosóficos, nacido ya a fines del siglo anterior en Inglaterra y Holanda pero que se generalizan en el siglo XVIII desde Francia, es el llamado Ilustración. Basado en una fe optimista en la bondad de la naturaleza y el poder de su razón para solucionar todos los problemas, la Ilustración presenta una nueva concepción del mundo. Al creer en la bondad natural e innata en el hombre y en el poder casi infinito de su razón atacaba los principios y de la religión cristiana. Al insistir en el individuo humano como base de la sociedad abría camino hacia los derechos sociales y políticos del individuo. Al insistir que el individuo se mejora tan sólo con la aplicación a acciones asequibles al conocimiento directo llevó directamente al estudio de las ciencias experimentales. Sus seguidores protegidos de los Reyes europeos que veían en ellos una ayuda en sus ideales de reforma, se manifestaron más tarde enemigos del absolutismo de los reyes.

La Ilustración española
Tradicionalistas
En España la Ilustración tuvo una especial oposición por ser vista tanto como parte del afrancesamiento general, como un peligro para la religión. Intentos de reconciliar ilustración y tradición, creando una ilustración cristiana fueron considerados excesivamente avanzados por unos y demasiado poco por otros.

Las sociedades secretas
Fenómeno típico del siglo XVIII y del acercamiento de la Ilustración a la acción política fueron las llamadas Sociedades Secretas. De historia oscura y orígenes, que en algunos casos se remontan a la Edad Media, fueron más tarde copia de los clubs revolucionarios franceses, buscando la aplicación de los ideales sociales ilustrados al cambio político de la sociedad. La más importante la Masonería, o Francmasonería, tuvo su réplica con diversos nombres en otras naciones. A España llegó desde Inglaterra en la primera mitad del siglo y continuó activa a lo largo de los siguientes.

Las artes durante el siglo XVIII

La literatura
En literatura se nota el conflicto de la sociedad de manera más aguda que en otros géneros de arte. La polémica y la sátira contra el afrancesamiento se hicieron populares, como tambien la crítica al teatro español y a la literatura española en general. La nueva literatura dio gran importancia, en un principio, a los preceptos o reglas de bien escribir que imponían el gusto del gran siglo francés. A mediados de siglo la influencia de la Ilustración se percibe en la tendencia a una literatura útil, provechosa y razonable. Aunque también en estos géneros se dieron autores tradicionales de mérito.

Las artes
En las artes el conflicto no es distinto aunque se manifiesta de manera diversa dependiendo del arte y de su aplicación.

La arquitectura
Barroco español
En la arquitectura se percibe más que en ningún otro género la permanencia del barroco tradicional. Ya inclinado a gran adorno desde fines del siglo anterior, aumenta y exagera su monumentalidad y dramatismo. Pero es un arte aplicado generalmente para las iglesias y algunos palacios de la nobleza de provincia.

Barroco francés
Más importancia va tomando el barroco francés, que va a ser el estilo preferido por los nuevos monarcas, el cual toma como base de inspiración e incluso copia el palacio de Versalles. Según sus formas y líneas se van edificando los palacios reales.

Neoclásico
A partir de mediados del siglo, el estilo francés va cediendo a la línea más limpia de ornamentación del llamado estilo neoclásico. Impulsado por los estudios arqueológicos e interés ideológico de los ilustrados, el estilo buscado en Italia y Grecia se convierte en modelo de una arquitectura racional a seguir. Edificios políticos y otros dedicados a la enseñanza se construyen en este estilo o se aproximan a él. Aunque a lo largo del siglo no es tanto Grecia lo que se imita sino una versión totalmente francesa. En esta forma entra y se asienta en España.

La escultura
Como la arquitectura, también la escultura de destino público toma como estilo preferido primero el barroco francés y más tarde el neoclasicismo afrancesado. La escultura religiosa sin embargo se mantiene hasta entrado el siglo XIX manifestando una preferencia por temas y estilo que responden más de cerca a la tradición barroca española.

La pintura
La pintura del siglo XVIII estuvo dominada en un principio por italianos y franceses que siguen el estilo barroco francés. La Fábrica Real e Tapices con su necesidad de pintores que preparen los modelos atrae a extranjeros de nota, como Mengs, su más famoso director. Su mayor título de gloria fue haber atraido a la Fábrica a Francisco de Goya que así entró como pintor en el mundo cortesano de su tiempo. La pintura de Goya, sin embargo, cambia desde un acercamiento al rococó francés hasta la dureza progresiva de sus grabados y pinturas en las que va expresando un mundo interior cada vez más desgarrado, por su enfermedad y las circunstancias de su mundo destrozado por la Guerra de Independencia.

La música
La música presenta el predominio absoluto del gusto francés, aunque los artistas son predominantemente italianos. Sin embargo, al pasar del tiempo se nota en ellos un acercamiento a la música popular española que elevan a un estilo cortesano. La música de guitarra es la que más influyen en sus piezas, y la viveza del fandango el ritmo que usan n sus composiciones.