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 Música moderna

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Desde principios del siglo XX, la música española de concierto, aunque continuadora de la afición de fin de siglo por temas españoles y regionalistas, consiguió con sus mejores compositores, momentos de auténtica universalidad musical cuyo valor todavía hoy está reconocido. De esta generación son famosos Joaquín Turina y Manuel de Falla, ambos representantes de una tendencia que bien se puede llamar "neopopularismo musical" por su elaboración de temas populares con un lenguaje musical refinado.

Joaquín Turina (1882-1949) es uno de los compositores que más han contribuido a dar a la música española un carácter nacional. Nacido en Sevilla, estudió en París, donde fue discípulo de Moszkowski y de D'Indy en un ambiente musical todavía monopolizado por Albéniz. En eso años Turina comenzó su carrera de compositor con "Sonata española" y "La procesión del rocio", ambas terminadas hacia 1912. De regreso a España, donde estableció su residencia y realizó la parte más importante de su obra. En ella se destacan sus composiciones de piano – "Sonata romántica", "Tres danzas andaluzas" y "Mujeres de España". Entre sus composiciones de orquesta son muyapreciadas sus "Danzas fantásticas" y su "Sinfonía sevillana" (1921). Es también conocido su lied "Canto de Sevilla" (1927). Un poco anterior es su "Oración del torero" (1925), considerada como uno de los momentos más profundos de la música española contemporánea. Unos años más tarde compuso su "Rapsodia sinfónica" (1931) en la que experimenta con problemas de forma con una música ya próxima a la de vanguardia.

Aunque la influencia de Albéniz en la música de Turina es innegable, también lo es la que ejerció el "romanticismo español" de sus maestros europeos. El resultado es así una musicalidad regional y castiza pero con tonos de universalidad europeizante. La música de Turina habla de Sevilla y de la vida sevillana, pero se trata siempre de una vida sevillana de ciudad, pulida y refinada, que está vista a través de los ideales refinados del París de la Bella Époque.

Uno de los compositores españoles más famosos del siglo XX fue sin duda Manuel de Falla. Nacido en Cádiz en 1876, comenzó su estudio de música y piano en su ciudad natal bajo la dirección de su madre, trasladándose más tarde a Madrid, donde estudió piano y composición con el famoso Felipe Pedrell. A los veintiún años Falla marchó a París, donde llegó a conocer a Debussy, Dukas y Ravel, quienes, juntamente con Stravinsky, ejercieron una gran influencia sobre su estilo. De regreso a España en 1914, se estableció primero en Madrid y después en Granada, pasando más tarde a la Argentina, donde murió en 1946.

Como Turina, Falla buscó la base de su inspiración musical en la Andalucía popular. Sin embargo, a pesar de éste y otros muchos paralelismos, la semejanza de su música con la de Turina no es grande. La música de Falla no es tanto reflejo de la vida popular refinada y elegante com es la de Turina, sino más bien interpretativa de la psicología de un pueblo, que ofrece, más que las acciones concretas, las fuerzas y las pasiones que mueven a ellas. Por ello el resultado es una música evocativa, sugestiva, sensual y erótica que está basada en leyendas, mitos e interpretaciones de una Andalucía que nunca ha existido. Mientras el de Turina es un andalucismo real, el de Falla es uno mitificado y misterioso.

Falla se había dado a conocer con "Cuatro piezas españolas" (1908) y con "Siete canciones populares" (1914), en las que se percibe claramente la doble influencia de Albéniz y Debussy. A la vez que éstas, Falla compuso la suite "Noche en los jardines de España" (1915), especialmente sensual y evocadora. Más importantes y famosas son sus composiciones para el ballet "El amor brujo" (1916) y "El corregidor y la molinera" (1919), mejor conocida con el título de "El sombrero de tres picos"; y poco más tarde "Fantasía bética" (1922). En 1922 organizó en Granada un festival de "cante hondo" para el que compuso una ópera de marionetas, "El retablo de Maese Pedro", en la que la influencia de la música de Stravinsky es muy marcada. La cantata "La Atlántida", en la que estaba trabajando cuando le sorprendió la muerte, fue terminada y publicada por sus discípulos.

El compositor de mayor fama tanto en España como en el extranjero en las últimas décadas del siglo XX era Joaquín Rodrigo (1902-1999). Es famoso su "Concierto de Aranjuez" para guitarra y orquesta que ha tenido a los guitarristas Paco de Luca, Narciso Yepes y Andrés Segovia como sus intérpretes más distinguidos y se cuenta todavía hoy entre los más frecuentemente tocados en el mundo. En él, Rodrigo captó el alma romántica andaluza con toda su profundidad y sentimiento, y, sin rendirse a estereotipos, apelar al gusto del público internacional. Otros conciertos y obras son el "Heroico" para piano y orquesta, el "Concierto de Esto" para violín y orquesta, el "Madrigal", el ballet "Pavana Real" (1955), "Fantasía para un Gentilhombre" que fue estrenada en 1958 en California con Andrés Segovia a la guitarra y en los años sesenta el "Concierto Andaluz" compuesto para el guitarrista flamenco Pepe Romero.

También se manifestó un cambio profundo en la música española al fin del siglo XX. En ella el romanticismo, modernismo y nacionalismo tradicionales desapareció casi por entero, al inclinarse los compositores más jóvenes a una música que responde abiertamente a la vanguardia europea que arranca de Schoenberg, Berg y Webern. Este movimiento, que se hizo ya notar en las composiciones de Rodolfo Halffter (1906-1987) y de su hermano Ernesto Halffter (1905-1989), se llevó a sus consecuencias extremas por los compositores actuales entre los que destacan Cristóbal Halffter (Madrid, 1930) y Xavier Benguerel (Barcelona, 1931).

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