Hacia fin de siglo y en medio de la moda de la ópera y de la aceptación de la música de salón ocurre el nacimiento de la zarzuela moderna. La forma representa una forma teatral más asequible y ligera que la ópera.
En contraposición al mayor empaque musical y operático de la zarzuela, llamada "grande", se da también la zarzuela llamada de "género chico". Esta es generalmente más breve, uno o dos actos, el libreto es más popular, y sobre todo, su música tiene que ser popular. Los temas preferidos son dramáticos, casi naturalistas, y de la clase baja: hambre, luto, desempleo, ruindad política, poder del dinero en negocios y en amor. Es la sociedad vista desde sus capas más bajas, pero interpretada con humor, ironía, burla, poca amargura y gran cantidad de alegría. Aunque la aceptación de la zarzuela fue general, su consagración como una de las instituciones musicales más auténticamente españolas se debe al aplauso que la clase media y baja dio al "género chico".
A mediados de siglo, la zarzuela llevaba casi un siglo de vida, pero es ahora cuando toma un interés musical popular que va a encontrar sus mejores aciertos como en el caso de "Pan y toros" de Francisco Asenjo Barbieri (1823 - 1894). Barbieri, además de compositor, fue un notable erudito, articulista y sobre todo musicólogo. Aunque italianizante en sus primeros años derivó más tarde hacia la música popular madrileña con la que obtuvo sus más grandes éxitos "Los diamantes de la corona", "El barberillo de Lavapiés" y "Jugar con fuego".
Tras él sigue una serie innumerable en la que sobresalen los siguientes. Manuel Fernández Caballero (1835 - 1906) con "El dúo de la Africana", "Gigantes y cabezudos", "La viejecita" y "Los sobrinos del capitán Grant"; Federico Chueca (1846 - 1908) y Joaquín Valverde (1846 - 1907) con "Cádiz", "El año pasado por agua", "La alegría de la huerta", "Agua, azucarillos y aguardiente" y "La Gran Vía"; Tomás Bretón (1850 - 1923) con su inolvidable "La Verbena de la Paloma"; Ruperto Chapí (1851 - 1909) con "El rey que rabió", "La tempestad", "La bruja", "El puñao de rosas" y su encantadora "La revoltosa".
A continuación ya en el siglo XX son de nota los siguientes. Jerónimo Jiménez (1854 -1923) con "Trafalgar", "El baile de Luis Alonso", "La boda de Luis Alonso" y "La tempranica"; Amadeo Vives (1871 - 1932) con "Bohemios", "Maruxa" y "Doña Francisquita". Ya muy entrado el siglo XX la zarzuela será cultivada aún por José Serrano (1873 - 1941) con "La Dolorosa" y "Los claveles" y por Francisco Alonso con "La Calesera" y "La Parranda".
Tras ellos, dos comositores representan ya en el siglo XX las dos posibles tendencias de tradicionalismo y renovación: Federico Moreno Torroba (1891 - 1982), que permanece fiel a la zarzuela grande, de asunto madrileño romántico, asequible al público y que ofrece la perfecta pulcritud de su inolvidable "Luisa Fernanda" y Pablo Sorozábal (1897 - 1988), educado en Alemania, que introduce recursos melódicos contemporáneos, renovando así el sainete madrileño, "La del manojo de rosas" y "Don Manolito", o iniciando una comedia musical entre zarzuela y opereta, con su celebrada "Katiuska".
En términos generales se puede incluir en un "género infimo" otras canciones de moda urbana atractivas para las clases populares. Son cuplés, canciones de revista y algunos pasodobles. La popularidad alcanzada desde fines del siglo XIX por este género se debió tanto a la música y las canciones, muchas de ellas de innegable gracia y atractivo musical; como a la voz y atractivo físico de cupletistas y vedettes. Esta ha sido tan duradera que en la actualidad muchas canciones de este género deben ser and son consideradas parte de folklor muical urbano auténticamente español. De todas ellas el pasodoble es sin duda el que ha quedado establecido como el género más representante de la música española, tanto regional como urbana, que es aplicado a una gran variedad de celebraciones tradicionales. Entre los compositores de revistas merece nombrarse Francisco Alonso, ya mencionado como compositor de zarzuelas. Entre sus obras cuentan muy populares y representativas del género "Las Corsarias", "Doña Mariquita de mi corazón" y, sobre todo, "Las Leandras". Estrenada ésta en 1931, las canciones que la componen forman parte ejemplar del género infimo. En especial su canción "Pichi" se ha convertido en "chotis" nacional. |
