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Historia, cultura y artes

 
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Música sefardita

La preservación de la lengua y de la música, en romances y canciones, de los judíos sefarditas, en exilio desde 1492, es uno de los fenómenos de mayor interés para los estudiosos de la cultura espanola e hispano-judia. Durante muchos años los investigadores de la poesía sefardí dieron mayor importancia a las formas narrativas de su cancionero de romances. Pero, desde fin del siglo pasado se han ido recogiendo también otros tipos de canciones, éstas sin embargo, se copiaban de libro en libro sin que nunca se les asignara un puesto dentro de nuestra historia literaria o musical. Antes de la Segunda Guerra Mundial apenas se conocían más allá de una treintena de textos de Esmirna, de Salónica o de Rodas y algunos, menos, de Marruecos. Sin embargo, la situación actual ha mejorado mucho en sus conocimientos, siendo conocido un riquísimo tesoro de canciones judeoespañolas.

Estos cantos son generalmente comunes a zonas geográficas. Se puede distinguir la de Oriente (desde Sarajevo hasta Jerusalén) y la de Occidente, con Marruecos como centro. No todas las canciones son comunes a ambas zonas, aunque algunas, las más populares sí lo son. Pero en todos los casos la música que las acompaña puede, como la lengua, mostrar rasgos peculiares de la región donde más se han popularizado.

Dentro de la gama temática de extraordinaria amplitud de cantos y romances, son de gran interés los cantos líricos, en que la expresión de los sentimientos se ayuda tanto del texto como de la música. En casi todos se evidencia su vinculación castellana y refleja temas y formas tradicionales en los romanceros y cancioneros españoles del siglo XV.

A la una yo nací

A la una yo nací,
a las dos me engrandecí;
a las tres tenía amante,
a las cuatro me casí,
me casí con un amor.

Dime, niña, d'ónde vienes,
que te quiero conocer
y si no tienes amante
yo te haré defender.

A la una . . .

Yéndome para la guerra
dos besós al aire di
el uno para mi madre
y el otro para ti.

A la una . . .

 

Una pastora yo amí

Una pastora yo amí,
una hija hermosa
de mi chiquez yo la adorí,
mas qu'ella no amí.
de mi chiquez yo la adorí,
mas qu'ella no amí.

Un día que estábamos
en la puerta asentados
la dije yo —Por ti, mi flor,
me muero de amor.—
la dije yo —Por ti, mi flor,
me muero de amor.—

En los sus brazos m'apretó
y con amor ella me besó;
me respondió y con dulzor
—Sos chico para amor—
me respondió y con dulzor
—Sos chico para amor—

Me engrandecí y la busquí
otro tomó y la pedrí.
Ella si ulvidó de mí,
ma siempre yo l'amí.
Ella si ulvidó de mí,
ma siempreyo l'amí.

 

Camindo por la plaza

Caminando

(Sin música)

Caminando por la plaza
encontrí una mujer;
sus cabellos rubios,
su gracia era de ver,
sus cabellos rubios,
su gracia era de ver.

Por ti, mi linda,
daré mi vida entera;
por ti mi corazón
me se desespera.
No sé lo que haré,
no sé lo que diré.
No sé lo que haré,
no sé lo que diré.

Toda su bella talla
me hizo namorar,
mi corazón batía
Por no poder hablar
mi corazón batía
Por no poder hablar.

Por ti, mi linda,
daré mi vida entera;
por ti mi corazón
me se desespera.
No sé lo que haré,
no sé lo que diré.
No sé lo que haré,
no sé lo que diré.

Dieciocho años tengo
en la flor de mi mancebez,
me quemates en el fuego
por la primera vez.
me quemates en el fuego
por la primera vez.

Por ti, mi linda,
daré mi vida entera;
por ti mi corazón
me se desespera.
No sé lo que haré,
no sé lo que diré.
No sé lo que haré,
no sé lo que diré.

Yo te amo a ti sola
y a ti t'alcanzaré.
Dame una parola
si no, me mataré.
Dame una parola
si no, me mataré.

Por ti, mi linda,
daré mi vida entera;
por ti mi corazón
me se desespera.
No sé lo que haré,
no sé lo que diré.
No sé lo que haré,
no sé lo que diré.

 

El cavretico

 

Hija mia