La invasión de los árabes y la rápida asimilación de grandes grupos de la sociedad hispana al orden social, religioso y cultural de los nuevos señores ocasionó la emigración hacia el Norte de grupos de cristianos que, por razones sociales o religiosas, preferían trasladarse a las zonas ya conquistadas por los cristianos. Aunque éstos huían del Sur como protesta y oposición a la cultura musulmana, introdujeron en el norte ciertas formas artísticas que reflejaban las que ya se iban adoptando en el naciente arte hispanoárabe. Estas formas reciben el nombre de arte mozárabe por sus elementos arabizados, y el de asturiano por la zona, Asturias y norte de León, en que floreció. Cronológicamente este estilo queda reducido a los siglos IX, X y XI.
La arquitectura y decoración se caracterizan por una fuerte tradición visigótica, tanto en la planta de sus construcciones como en el uso de arcos y decorados hispano visigodos. A la vez se perciben elementos decorativos árabes importados, sin duda, por monjes mozárabes emigrados del Sur. Se trata por lo general de iglesias o palacios de reducida proporción. Tienen una gran elegancia y sus adornos pueden alcanzar gran perfección. De este tiempo se han conservado numerosas iglesias, sobre todo en la región pirenaica asturiana, y en el norte de la Meseta castellana. En las obras más antiguas, en Asturias, se mantiene más fuerte la tradición visigoda, aunque, en algunos casos, con evidencia de la influencia árabe; en otras obras posteriores, en la zona norte de León y Castilla, la arquitectura demuestra ya una mayor influencia del arte árabe. En todos los casos es notable la falta casi total de escultura. Fenómeno que se puede atribuir tanto a la influencia de la religión musulmana como a la controversia iconoclasta que dividía el campo cristiano en aquella época.
La pintura mozárabe, con la excepción de algunos frescos, queda reducida a ilustraciones de manuscritos. El ejemplo más importante de este arte decorativo son las ilustraciones hechas al comentario del "Apocalipsis" de Beato de Liébana (siglo VIII) por el "archipictor" Magius (m. 968). En sus miniaturas, de gran colorido, se mezclan adornos de evidente influencia mozárabe con figuras que manifiestan también claramente un contacto directo con la tradición artística de los monasterios francos en los que numerosos monjes mozárabes habían buscado refugio.
La influencia árabe en ellos es muy discutida. En general los "pintores", monjes en su mayoría, muestran un sentido apocalíptico ante la pérdida del predominio cristiano y presencia triunfante de los musulmanes. Buscan sus temas principales en las profecías de San Juan en el Apocalipsis sobre el fin de los tiempos y la llegada del Anticristo, que creen ver realizadas con la llegada de los musulmanes a la Península. Así la representación de musulmanes y sus ciudades están proyectados con frecuencia a una perspectiva bíblica, o sea, a las profecías de Armagedón y del fin del mundo. Mientras la presencia de ángeles rubios con alas en movimiento es parte de la tradición franca y se proyecta hacia el Norte europeo. |