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Castaños, de Godofredo Ortega Muñoz
Autodidacta, Ortega Muñoz comenzó a pintar siguiendo una línea de primitivismo constructivo, que, aunque se ha ido suavizando con los años, se mantiene como la característica de su estilo. Es uno de los intérpretes más impresionantes de los tipos y la geografía espiritual de la meseta de Castilla. Sus paisajes, llenos de castaños solitarios y desnudos, transpiran una emoción humana que es la esencia de su pintura.