Nocturno de las mujeres (1955), obra de Rafael Zabaleta
Pintor de las tierras de Jaén y sus campesinos, Zabaleta pinta con reducción a líneas geométricas, en las que abundan volúmenes claros y rotundos. Sus colores son definidos y con frecuencia hirientes con predominio de amarillos, grises y azules. En este cuadro sus campesinas en un trabajo que les esclaviza pertenecen a un mundo en que predominan tonos azules y el sueño de ellas da una impresión de letargo más que de amable descanso.