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El Dos de Mayo, obra de Francisco de Goya y Lucientes
Tras el fin de la guerra de Independencia, y el regreso de Fernando VII a Madrid, Goya pinta dos cuadros correspondientes. Uno, éste, recordando el alzamiento del 2 de mayo de 1808 contra Napoleón, el otro recordando el fusilamiento de los prisioneros por los franceses. Este está en parte pintado todavía con técnica y pincelada neoclásica tradicional. Pero en la distorsión de las figuras se ve que Goya da mayor importancia al efecto, a la pasión de los combatientes y pánico en los caballos. Con ello entra en una nueva época de su pintura.