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San Antonio de la Florida. Frescos (detalle), de Francisco de Goya y Lucientes
Los frescos fueron terminados en 1798, para decorara la pequeña capilla dedicada al Santo en las afueras de Madrid. Narran un milagro de San Antonio, según el cual hizo resucitar a un muerto para que revelara el nombre de su asesino y así librar a un acusado inocente. A pesar de su tema, tiene la obra poco efecto religioso. Es notable por su colorido y efecto pictórico admirables. Fue tan bien recibida que valió a Goya el cargo de pintor de corte.