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Desconsuelo, obra de José Llimona (1864-1934)
Esta representación del desnudo femenino, obra de 1903, toma el nombre de “Desconsuelo” y es muy semejante en su forma a la que da a su llamada Eva. Es importante en su realismo sensual, todavía dependiente de la escuela de Rodin, tan alejado de toda dureza realista, que le permite expresar un sentimiento que trasciende el desnudo. Característico de Llimona es la suavización de rasgos y perfiles, que aparecen como cubiertos por un velo invisible. Llimona es considerado el mejor intérprete modernista del desnudo femenino.