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Felipe II, obra de Sánchez Coello
Como en otros retratos, Sánchez Coello da a su objeto una seriedad un tanto convencional. En este retrato, el más famoso de Felipe II, sin embargo, parece representar muy bien la psicología del Rey. En su rostro se ha querido leer tanto la imagen del rey Prudente, como el carácter cruel que se le ha querido atribuir, éste subrayado por su discreto, o sombrío, atuendo.