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Resurrección de Jesucristo, obra de Juan de Flandes (ca 1496 - ca 1519)
En la presentación de la Resurrección, Juan de Flandes se aleja, como en otros cuadros, de todo realismo histórico. Buscando un cierto dramatismo sitúa la acción fuera del sepulcro. Jesucristo llena con su figura el lienzo, llevando un manto que sirve de halo y en su diestra un báculo con un estandarte de cruzado que ostenta una cruz que parece repetir la de la Orden de Santiago. En el suelo apenas visible los esbirros de los cuales el visible más recuerda a los sarracenos del siglo XV que a los romanos. Notable en este cuadro, como en otros suyos, es su extremada delicadeza y suavidad, aunque con cierta pérdida de un realismo crudo.