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Frescos de San Julián de Prados, Oviedo
Llamada también Santullano antiguamente en unos prados en las afueras de la ciudad se encuentra el monumento, quizá el más importante de la arquitectura asturiana de este tiempo. La iglesia fue edificada entre 812 y 844 durante el reinado de Alfonso II. Su mayor importancia radica en las pinturas murales que adornaban su interior. Ofrecen la mejor muestra de la pintura asturiana. A pesar de su mal estado de preservación, las pinturas que representan partes de edificios, plantas y flores, parecen repetir modelos de Bizancio, de Roma o Ravena. Es notable la ausencia total de figuras humanas o de animales.