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Magdalena penitente, obra de José de Ribera
La representación de María Magdalena, la pecadora arrepentida y fiel seguidora de Jesucristo, toma varias formas desde la vida de puro ascetismo hasta su triunfo, tras su muerte, en su ascensión gloriosa al cielo. Su figura alterna también entre la demostración de vida de dura penitencia hasta la juventud radiante. Ribera, para la suya, toma un camino medio. Por una parte, el mundo en torno en oscuridad con las manos de la santa descansando sobre una calavera, su rostro expresivo de dolor y llanto en su arrepentimiento hace referencia a su vida ascética. Por otra parte, el pelo cuidadosamente ondulado ya indica su purificación interna.