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San Francisco, obra de Francisco Ribalta
La aparición y consuelo por un ángel de San Francisco de Asís, tras su transverberación.   Ribalta suaviza el tenebrismo de la pintura para señalar la aparición del ángel y al fondo apenas visible el fraile franciscano testigo del trance místico del santo. En primer plano, el cordero es símbolo de la mansedumbre característica del santo.