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Inmaculada Concepción, obra de Bartolomé Esteban Murillo
Uno de los temas religiosos preferidos por Murillo fue el de la Virgen, dedicando más de treinta cuadros al tema de la Asunción y de La Inmaculada Concepción. El tratamiento en ambos es parecido y con frecuencia los rostros también. Aunque los primeros tienden a representar con gran teatralidad a la Virgen de cuerpo entero y como subiendo a los cielos, mientras que los segundos, con una representación más íntima, de sólo medio cuerpo, pero con el cielo como fondo. Pero siempre con una suavidad especial y encanto casi adolescente, que fue, y es, muy apreciado en Andalucía, donde Murillo es, por antonomasia, el pintor de la Virgen. El cuadro es titulado también "Inmaculada de Soult", por haber sido robada, con otros, por el Mariscal francés Soult durante la Guerra de Independencia, siendo devuelta en 1816 al Museo de El Prado.