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El Buen Pastor, obra de Bartolomé Esteban Murillo
Los cuadros representando la figura de Jesús Niño son, como otros, de poco sentido realista. En ellos, Murillo usa una extremada idealización a base de una suavización de la situación y de la figura. Murillo ha sido muy apreciada a través de los siglos por el pueblo, menos, quizás, por los críticos. Aquí Jesús, acompañado de un cordero, responde a la cita de San Juan que pone en su boca las palabras "Yo soy el buen Pastor" (10, 15). Es consecuente con la delicadeza de su pintura la aplicación de la figura tradicional del pastor a Jesús Niño, generalmente serena, pero toma en la presente una actitud entre suplicante y visionaria que hace pensar en su Pasión. En éste como en otras representaciones semejantes Jesús lleva el bordón en forma de cruz con las palabras del Evangelio "He aquí el cordero de Dios" (Juan 1, 28 y 39).