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San Jerónimo flagelado por los ángeles, obra de Juan de Valdés Leal
La representación de San Jerónimo penitente, solo en una cueva junto a un león, es común en el barroco. Valdes Leal prefiere para la suya, como lo había ya hecho Zurbarán, buscar el momento citado en sus escritos del Santo, de las tentaciones sufridas y de su uso del dolor físico para vencerlas. El valor espiritual de sus acciones reciben el simbolismo barroco de la aprobación por Jesucristo y la aplicación del la penitencia por los mismo ángeles.  El cuadro pertenece a un conjunto  de los realizados  hacia 1638 para el Monasterio de Guadalupe.