36


Cristo crucificado, de Alonso Cano
La fama de Cano se debe sobre todo a su obra escultórica. También estudió pintura con Pacheco, el suegro de Velázquez, y ha dejado una serie de cuadros muy estimados. Sigue la tradición tenebrista, llevando a su primer plano toda la iluminación. Sus figuras aparecen con frecuencia un poco amaneradas y buscando la fácil emoción del tema. Se ha llegado a afirmar que sus pinturas tienen algo de gracia femenina. Es notable el manierismo usado en el tratamiento del paño que cubre su cintura.