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Jesús Nazareno, catedral de Jaén, atribuida a Juan Martínez Montañés
Frecuente desde la Edad Media era vestir las imágenes sobre todo las procesionales, con ricos ropajes, mantos, coronas y joyas. La riqueza y el arte de que se hace gala en su adorno está en contraste con la escena de sufrimiento que la imagen representa. Durante el siglo XVII la inclinación a vestir con gran lujo a las imágenes aumenta para dar mayor énfasis a la importancia que la Iglesia y los fieles daban a su culto.